El Dr. Gerardo Lozada la atendió y la llevó a Lima, la capital del Perú, donde otros especialistas diagnosticaron que Lina estaba embarazada. Había concebido su hijo a la edad de cuatro años y ocho meses. A los dos años y ocho meses de edad había empezado a menstruar. Un mes después, el día 14 de mayo de 1939, Lina—de cinco años, siete meses y 21 días de edad— dio a luz a un niño mediante una cesárea realizada por los cirujanos Dr. Lozada, Dr. Rolando Colareta y Dr. Bussalleu. Su hijo fue criado creyendo que era el décimo hijo de sus abuelos, pero a la edad de diez años se enteró de que Lina no era su hermana sino su madre. Murió a los 40 años de edad a causa de una rara enfermedad.
No se sabe quién fue el padre del niño. El padre de Lina, Tiburcio, estuvo preso varios días como sospechoso de violación. Cuando fue liberado, las sospechas recayeron sobre uno de los hermanos de Lina, retrasado mental. En el Perú se llegó a creer que Lina era una especie de Virgen Maria, que había concebido sin pecado original, por obra y gracia del Espiritu Santo. Todavía hoy en el pueblo de Antacancha los pobladores creen que Gerardo fue hijo del dios Sol.